Las pipas, semillas del girasol, son uno de esos alimentos que se consumen en España de forma adictiva. Desde jóvenes, las tomamos con asiduidad y están presentes en fiestas, celebraciones y todo tipo de festejos.
Sin embargo, los extranjeros se quedan desconcertados al ver cómo las comemos. En otros países lo habitual es comprarlas peladas y comerlas así o utilizarlas para cocinar, pero eso de estar como pajaritos abriéndolas con los dientes, suele dejarles más que sorprendidos.
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