Los huevos rellenos siempre han tenido un gran protagonismo en mi repertorio culinario, especialmente presentes en mis menús de celebración. Son económicos, versátiles y gustan a todos. Estos huevos a la donostiarra, un clásico de la cocina vasca, son perfectos para los más pequeños y aquellos que no son especialmente aficionados al pescado. Se pueden preparar con antelación, guardar en la nevera y dejar para el último momento su paso por el horno.
Este plato, de tradición vasca, es el entrante ideal. Podemos utilizar cazuelitas individuales que hornear y llevar directamente a la mesa, a cada comensal, o utilizar una fuente de horno grande y servir después en la mesa.
El relleno de bacalao los hace deliciosos y la cobertura de salsa bechamel, con el gratinado de queso, los eleva a otras esferas. Son una de esas recetas que yo considero un chollo. Sofisticada, pero sencilla y de ingredientes básicos que se encuentran en cualquier tienda de alimentación. Para un toque extra de sabor y textura, podemos agregar gambas o langostinos al relleno, aunque yo encuentro que la fórmula básica es la mejor.
Directo al paladar
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