Tras este nombre tan curioso se esconde un plato granadino de origen mozárabe delicioso, fácil de preparar y repleto de nutrientes. Se trata de una ensalada templada -aunque también se puede tomar fría- de verduras asadas que se completa con bacalao cocido y aceitunas. Una explosión de color y sabor que nos ha ganado por su sencillez.
Es importante que los ingredientes sean de calidad: un buen lomo de bacalao es clave, así como verduras frescas y variadas. Así como que el pescado esté bien desalado en condiciones y cocido al punto, para que las lascas se separen con facilidad y estén jugosas.
Mi truco para una cocción al punto es introducir el bacalao con piel en una cacerola de agua hirviendo, con unas bolas de pimienta y una hoja de laurel, dejar que hierva un minuto y apagar el fuego. Después solo hay que esperar unos 10 minutos y listo, el bacalao queda jugoso y suelto
Directo al paladar
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