Asadillo manchego: un plato tradicional sin carne que sirve para todo.
Lleva poco más que pimiento rojo, tomate y comino; funciona como tapa, guarnición o entrante, y se puede tomar frío o caliente: el plato típico de La Mancha es un descubrimiento multiuso.
Cuando oyes o lees “asadillo manchego”, es posible que imagines un plato de carnaza o algo de casquería bien contundente. Nada más lejos de la realidad: en su versión más escueta, este clásico de La Mancha es estrictamente vegano, aunque se pueda acompañar con ingredientes de origen animal. Sus virtudes son múltiples, y entre ellas destacan la simplicidad de ingredientes -pimiento rojo, tomate, comino, ajo y poco más-, la facilidad de preparación y, sobre todo, la posibilidad de usarlo de distintas formas.
El asadillo no sólo se puede tomar frío o caliente, sino que funciona igual de bien como tapa o como guarnición de un pescado o una carne. También sirve como entrante, a nada que lo reforcemos con huevo cocido, bonito, atún o, si queremos mantenernos en el veganismo, con unos simples garbanzos cocidos. Existen varias maneras de prepararlo, pero nuestra receta apuesta por sofreír el tomate en vez de asarlo. Los pimientos pueden ser de bote, claro, pero tiene más gracia que los ases tú en el horno o en la freidora de aire.
El País
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